Visión 2050 pide un cambio fundamental en la manera de valorar el medio ambiente y las decisiones que tomamos. El objetivo es asegurar que podemos calcular el valor real, el coste real y, por tanto, los beneficios reales. Esto requiere que haya capacidad para fijar los precios de todas las externalidades y diversificar su su utilización en los mercados. Mantener una innovación continua es clave para alcanzar el éxito. Sin embargo, es posible que todo esto no llegue lo suficientemente rápido, debido a la incapacidad para abandonar el actual modelo de economía de pequeños avances, bajo la hegemonia de las principales corrientes económicas. Si fracasamos en la creación de una economía global que cree un número significativo de puestos de trabajo (más de 4.000 millones) de aquí a 2050, podria desencadenarse una posible fragmentación social y política. El bloqueo tecnológico debido a políticas demasiado celosas podría dificultar la consecución de los objetivos de eficiencia energética. La innovación puede reproducir e incluso aumentar, las diferencias y las divisiones sociales.
Visión 2050 propone establecer una forma de gobierno global adecuada para abordar los problemas globales. Los mayores riesgos se centran en la incapacidad de los principales estados para alcanzar un acuerdo sobre el funcionamiento de este sistema. Es posible que el mundo se fragmente aún más y sea incapáz de ponerse de acuerdo y gestionar el cambio. – https://cemdes.org/vision2050.pdf