Manejo integral de desechos plásticos no peligrosos a través de pirolisis

La generación excesiva de desechos plásticos representa un problema ambiental severo en la actualidad, atribuido a su enorme cantidad y su disposición final; siendo este último el que mayor inconveniente genera ya que en muchas de las ocasiones estos desechos terminan en ríos, lagos, mares, y en aquellos sitios que carecen de un sistema de recolección de residuos optan por quemarlos, lo que implica una afección a la calidad de aire y en problemas a la salud.

La ciudad de Cuenca dispone de una amplia gama de industrias de carácter alimenticio, papel, vidrio, cemento, cerámica, entre otras, lo que significa un crecimiento económico significativo y a su vez una importante tasa de empleo a nivel del austro ecuatoriano. Sin embargo, estas industrias generan diariamente grandes cantidades de desechos tanto peligrosos y no peligrosos; dentro de estos últimos destaca el plástico como principal residuo, lo que implica un gasto monetario a las empresas, una reducción de la vida útil del relleno sanitario y contaminación ambiental con la emisión de toneladas de CO2 equivalente a la atmósfera y lixiviados.

Ante lo mencionado, surge la necesidad de establecer una solución viable tanto técnica y económicamente a la problemática señalada, en la cual se pueda aprovechar el gran poder calorífico que brinda este tipo de residuos, por lo que se ha identificado a la pirolisis como el método más idóneo de aprovechamiento, misma que se encuentra dividida en dos fases principales (trituración y descomposición).

En términos generales se entiende a la pirolisis de plásticos como el proceso de descomposición química, en un ambiente sin oxígeno y con una temperatura que oscila entre los 400 a 500°C, teniendo como resultado la generación de productos derivados de los desechos plásticos libres de azufre, compuestos mayoritariamente por gasolina y fracciones ligeras de diésel, siendo óptimos para la producción de combustibles. Así también se tiene remanentes de gases que no lograron ser condensados y pueden ser reincorporados al proceso, es decir, como un medio de combustión en la alimentación energética del reactor.