La descarbonización en las operaciones de transporte, edificios y energía reduce materialmente las emisiones y los costos y aumenta la eficiencia del capital y el valor de los activos.
Un tercio (34%) de las empresas más grandes del mundo han establecido objetivos públicos de cero emisiones netas. Para tener la oportunidad de abordar la crisis climática, las empresas ahora deben pasar de la ambición a la acción y reducir sus emisiones operativas en oficinas, sitios industriales o de fabricación y flotas. Adoptar un enfoque integrado para la descarbonización, es decir, combinar soluciones en edificios, flotas y energía, puede poner a las empresas en la vía rápida hacia la baja emisión de carbono.
La oportunidad baja en carbono
La inversión anual mundial en todas las tecnologías de transición energética alcanzó un récord de 1,3 billones de dólares en 2022. Aun así, esta cifra debe cuadruplicarse para 2050 para permanecer por debajo del umbral de calentamiento global de 1.5 ° C.
La inflación, el aumento de los costos de la energía y los cuellos de botella del suministro corren el riesgo de ralentizar la implementación de los planes de transición de cero emisiones netas. Sin embargo, a la luz de las recientes tendencias políticas y del mercado, nunca ha habido un mejor momento para cambiar a bajas emisiones de carbono.