11 consejos para reducir tu huella ecológica

Seguro que has oído hablar de la huella ecológica, ¿Pero sabes realmente qué es?. Debido al gran consumo de los recursos naturales del planeta se desarrolla una herramienta que nos ayuda a obtener una dimensión global de la situación: la Huella Ecológica.

Qué es la huella ecológica: La huella ecológica es un indicador ambiental que permite medir y evaluar el impacto sobre el Planeta de una determinada forma de vida en relación a la capacidad de la naturaleza para renovar los recursos al servicio de la humanidad.
El objetivo de esta herramienta, es que los seres humanos, ya sea en grupo o de manera individual, identifiquen y corrijan aquellas acciones que no contribuyen a un estilo de vida sostenible.

¿Por qué debemos medir nuestra huella ecológica y adoptar estilos de vida sostenibles?. Nuestra huella global ahora excede en casi un 30% la capacidad del Planeta para regenerarse. La deforestación la escasez de agua, la decreciente biodiversidad y el cambio climático ponen en creciente riesgo el bienestar y desarrollo de todas las naciones. Si nuestras demandas al Planeta continúan a este ritmo, en el 2035 necesitaremos el equivalente a dos planetas para mantener nuestro estilo de vida.

¿Cómo funciona la huella ecológica? La huella ecológica funciona a través de una medición que hace un cálculo según los hábitos que usted tiene en su estilo de vida. Cada comportamiento evaluado obtiene un puntaje, el cual al ser sumado con los obtenidos en las demás preguntas genera un resultado equivalente a su huella ecológica.
Este resultado determina si está usted en sintonía con el promedio de consumo sostenible y si no le indicará cuánto está gastando de más y en qué puede mejorar.

Los factores que se tienen en cuenta en el cálculo de la huella ecológica son:

1. el crecimiento de la población
2. la pérdida de suelo fértil
3. la deforestación
4. el agotamiento de los recursos
5. el aumento del consumo.

Cómo se mide la huella ecológica
1º. A la hora de realizar el cálculo, primero se delimita la dimensión del estudio: se decide si se quiere estudiar la huella ecológica de una persona o de una familia, una ciudad, un país.
2º. Después se calcula cuánto consume de energía, alimentos, materias primas y suelo esa unidad de población elegida. Lo más difícil es saber la superficie de terreno necesaria para producir el resultado del paso anterior. Para ello se utilizan unas tablas estandarizadas.
3º. Y por último, se suman todas las superficies, y el resultado se divide por el número de habitantes o la unidad seleccionada.

Cuando se analiza la huella ecológica de un país se puede ver que los habitantes de ciertos países disponen de más hectáreas de suelo para mantener su nivel de vida que aquéllas que le corresponde dada la dimensión de su territorio. Esas hectáreas de más vienen de los países cuya huella ecológica es menor a la media y de las producciones futuras de la tierra; esto se traduce en que hay poblaciones que se están apropiando de superficies fuera de su territorio o que están haciendo uso de recursos de generaciones futuras.
La realidad del planeta nos muestra que, en su conjunto, la huella ecológica de toda la población mundial sobrepasa en un 50% la capacidad de carga del planeta. Esto nos advierte del ritmo al que estamos agotando los recursos de nuestro planeta y la distribución espacial de este consumo. Este indicador te ayudará identificar como tus acciones tienen un impacto sobre el planeta y cuales son los cambios que debes llevar a cabo para disminuirla.

Todos estamos obligados a reducir la presión que ejercemos sobre nuestro entorno. Proponemos seguir unos sencillos consejos ecointeligentes:

Abotona tu casa. Como haces con tu abrigo cuando hace frío, sellar las fugas de aire e incorporar aislamiento son cuestiones asequibles y que ofrecen grandes recompensas en términos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y de ahorro de dinero. Puedes empezar con una auditoría energética de tu casa para evaluar la ecoeficiencia del consumo energético de tu hogar.

Desenchufa los vampiros. Tu hogar podría estar habitado por los vampiros de energía, unos dispositivos electrónicos listos para funcionar en todo momento. Incluso cuando los apagas, estos dispositivos están silenciosamente chupando tu valiosa energía. Asegúrate de que tu teléfono móvil, los cargadores de portátiles, reproductores de música, herramientas eléctricas y otros dispositivos están desenchufados cuando no estén en uso.

Cambia las luces. Hazte amigo de las lámparas de bajo consumo (CFL, en inglés, Compact Fluorescent Lights) y de los LED y podrás reducir significativamente tu huella de carbono ahorrando dinero. Por ejemplo, si todo el mundo en Estados Unidos cambiara las cinco luces que más usa por lámparas de bajo consumo, se dejarían de emitir gases de invernadero equivalentes a las emisiones producidas por 10 millones de coches.

Compra alimentos locales. Según el Instituto Worldwatch, los ingredientes del desayuno típico sueco (café, crema, azúcar, pan, mantequilla, queso, zumo de naranja y manzanas) viajan una distancia equivalente a la circunferencia de la Tierra antes de llegar a la mesa. Comprar alimentos cultivados localmente no sólo contribuye a mejorar las economías locales, sino que también ahorra grandes cantidades de energía. Una gran ventaja añadida: la comida local es generalmente mucho más fresca.

TSPB (Traiga Su Propia Bolsa). Comprar productos con poco embalaje y llevar tus propias bolsas reduce el consumo de energía y elimina residuos de los vertederos municipales y de nuestros océanos. El año pasado, desde el Ocean Conservancy revelaron que las bolsas de plástico son el segundo tipo de residuo más común encontrado en aguas internacionales.

Cuida la chatarra Mientras que los híbridos, coches eléctricos y vehículos inteligentes son ejemplos modélicos verdes, podría ser más ecoeficiente para mantener tu viejo coche en la carretera mientras esté en buenas condiciones. Todos los coches dan lugar a una gran huella de carbono cuando son fabricados, incluso los híbridos.

… pero que esté a punto
Los coches con el mantenimiento adecuado son más eficientes y producen menos emisiones de gases de efecto invernadero. Acciones sencillas como usar el aceite de motor recomendado por el fabricante pueden mejorar el rendimiento de tu coche. Tener los neumáticos inflados correctamente puede reducir significativamente el consumo de combustible.

… y deja el coche en casa siempre que sea posible
Caminar, andar en bicicleta y el transporte público son todas opciones mucho mejores para moverse por la ciudad que conducir. Anima a tu empresa para que ofrezca mejores beneficios al peatón, como billetes de transporte público, aparcamientos para bicicletas y duchas en las oficinas.

Enverdece tu colada. Lavadoras y secadoras son unos grandes consumidores de energía. Cambiando la hora de lavado después de las 9 de la noche, que es tarifa baja en muchos sistemas de suministro de energía, puede aligerar la carga en la red de suministro y ahorrar dinero ya que el coste de la energía en este momento puede ser menor. Trata de usar agua fría para lavar la ropa, puesto que también calentar agua utiliza una gran cantidad de energía.

Se autóctono. El césped verde y las especies exóticas pueden ser bastante hermosos, pero pueden causar un enorme impacto en los sistemas municipales de agua. Plantar especies autóctonas en tu casa o negocio ahorra agua y energía para tu ciudad. No sólo estarás eliminando el carbono utilizado para enviar las plantas foráneas, también estarás reduciendo el uso del agua ya que las plantas probablemente crecerán mejores sin ayuda adicional. La vegetación también es una buena manera para compensar carbono. 

Y recuerda las 3 Rs: Reduce, Reutiliza y Recicla.

Todos podemos reducir la presión en nuestras ciudades consumiendo menos, reutilizando lo que podemos y reciclando el resto.

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