La madera, uno de los recursos más antiguos, ha adquirido una nueva función por su capacidad de almacenar carbono a largo plazo. Las iniciativas de construcción ecológica experimentan con usos innovadores de la madera que van más allá de las tradicionales regiones y estilos de construcción. El consumo de madera industrial aumenta un 50% para cubrir la creciente demanda de materiales de construcción y otros productos madereros, lo que lleva una mayor producción. Esto significa un mayor uso de biomasa para la generación de energía y combustibles.
El rendimiento de los bosques plantados aumenta gracias a las mejoras genéticas que ponen de manifiesto una combinación de características propias de las plantas (resistencia a sequias, resistencia a insectos, características del producto) y su adaptación a distintos tipos de bosques y ubicaciones. https://cemdes.org/vision2050.pdf