Estamos en un país done pasa la línea que divide en dos hemisferios al planeta, pero en vez de despegar al centro mundial de la estratósfera como un cohete, por el potencial y la energía de sus habitantes, nos dirigimos hacia adentro al centro oscuro y caliente de la tierra por luchas internas, telarañas mafiosas e incredulidad. El desastre de las cárceles fue el infierno en evidencia como otra muestra de la corrupción e inseguridad imperante.
Duele saber que nueve de cada diez ecuatorianos no creen o desconfían de los demás, sobre todo de las instituciones. Desde los políticos hasta la misma democracia. Pocas mantienen su credibilidad como la familia, las iglesias, las fuerzas armadas y las universidades.
¿Cómo hacer creíble a un país desunido, en medio de un ambiente electoral caldeado y afectado? Existe un camino. Y entre todos podemos hacerlo transitable:
-Primero, ponernos de acuerdo en que para salir adelante debemos unirnos y generar confianzas. Entre nosotros, en las instituciones, y proyectar esto al mundo. De esta no podremos salir solos, y aun confiando internamente necesitamos de las instituciones internacionales para generar la seguridad, los ingresos y empleos que perseguimos y no conseguimos.
-Marchar con ritmo el largo camino de la cultura del consenso. Podemos pensar distinto y opinar de manera diversa, lo que es bueno, pero sin encierros. El consenso no es unanimidad, ni la imposición de la mayoría, sino dar consentimiento a pesar de no estar convencidos, pero “se puede vivir” con ese acuerdo ya que nadie tiene oposición fuerte al mismo. Lo importante son las actitudes, de apertura, respeto y buscar el bien común.
-Perseverar en el camino. Es importante perseverar en políticas estructurales de largo plazo que son “banderas clavadas” o no negociables para la mayoría, como lo han hecho países como Costa Rica en lo ambiental y educativo, Uruguay en lo social, Panamá respecto a la dolarización y Chile en la apertura y disciplina macroeconómica. El Ecuador debe hacer algo parecido en 7 frentes: la cohesión social, la lucha contra la corrupción, fortalecer la salud, mejorar la educación, proteger la dolarización, apertura a la inversión y comercio, y un modelo inclusivo y responsable en lo social y ambiental. Nada en contra de estos pilares debe ser apoyado.
-Ajustar rumbo si es necesario. Si las cosas no van bien por factores creados por nosotros mismos o por factores externos incontrolables, escuchar y corregir permitiendo adaptarse a los tiempos. Pero evitar escuchar y hacer caso a cualquier cosa, y saber discriminar la basura informativa para usar responsablemente la información verificable y útil.
Hacer del Ecuador un país creíble es posible. No se requiere esperar, solo empezar por el inicio: generar confianzas entre nosotros.