Hubo un tiempo en que los problemas sociales eran vistos como responsabilidad exclusiva de los gobiernos.
Pero ese ya no es el caso.
La escala de desafíos que enfrenta el mundo, como las crisis de guerra y refugiados, las pandemias, el cambio climático y los disturbios sociales, son tan vastos que cada individuo e institución debe dar un paso adelante para desempeñar su papel.
Esto es especialmente cierto para las empresas, muchas de las cuales ahora empequeñecen a los gobiernos en términos de tamaño. Sesenta y nueve por ciento de las entidades más grandes del mundo son corporaciones, lo que les da un enorme poder para impulsar un cambio positivo.
Dado este potencial, las empresas tienen la oportunidad y la responsabilidad de mitigar los impactos sistémicos de la desigualdad a través de la acción colectiva. La Comisión Empresarial para Abordar la Desigualdad (BCTI), una coalición de organizaciones intersectoriales y de múltiples partes interesadas que coloca abordar la desigualdad en el centro de la agenda empresarial para el crecimiento sostenible, enfatiza el papel crítico que las empresas pueden desempeñar para abordar estos complejos desafíos.