- Apoyar a las PYME que proporcionan alimentos a los más vulnerables.
- Preserve la capacidad de entrega y la infraestructura para cuando los mercados se recuperen
- ¿Por qué? Porque el mundo está mirando y esperando que las empresas den un paso adelante
A medida que COVID-19 continúa impactando millones de vidas y empleos en todo el mundo, también está haciendo que nuestro sistema alimentario mundial sea cada vez más vulnerable. La pobreza, la desnutrición y la inseguridad alimentaria que ya eran desafíos antes de la pandemia, con 820 millones de personas con hambre crónica en 2018, crecerán como resultado de ello. A medida que el mundo comienza a diseñar paquetes y políticas de recuperación y comprometer miles de millones de dólares para guiar nuestra recuperación de COVID-19, es fundamental que no ignoremos una crisis alimentaria inminente. Los encargados de formular políticas, la sociedad civil y las empresas deben actuar ahora para aumentar la capacidad de recuperación de las cadenas de suministro vitales, como los sectores de la alimentación, la agricultura y la salud, para evitar crisis futuras y garantizar un futuro saludable para todos.