Obsolescencia programada

La obsolescencia tiene programado su propio fin.

¿Qué tienen en común un Ipod, una lavadora, un smartphone o un coche ?

Una duración cada vez más corta. Pero ¿cuáles son las causas y consecuencias de esta realidad de la sociedad de consumo? El actual sistema lineal de nuestra economía -con la extracción, fabricación, utilización y eliminación de los productos-, no es compatible con el desarrollo sostenible y ha de dar paso a la economía circular. La economía circular que se perfila como una de las siete iniciativas de la estrategia Europa 2020: «Una Europa que utilice eficazmente los recursos» y que entronca con la consigna ecologista “Reducir, reutilizar, reciclar” (1), es un concepto relativamente nuevo. En 2002, el químico Michael Braungart y el arquitecto William McDonough acuñaron el término “Cradle to Cradle” en su libro “De la cuna a la cuna. Rediseñando la forma en que hacemos las cosa “.

En él, hablaban de un nuevo enfoque, la eco-concepción, que es aquella que utiliza las tecnologías actuales desde el mismo diseño de los procesos y los productos para que el consumo sea beneficioso para el planeta, como sucede en los ecosistemas naturales. En este contexto, la eficiencia energética se configura como piedra angular para promover la sostenibilidad económica, política y ambiental, otorgando un mayor peso a las energías renovables. Varios países europeos están promoviendo activamente medidas de economía circular, entre ellos Francia.

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