Durante los últimos 30 años, el mundo ha presenciado cuantiosas mejoras sociales y progreso tecnológico. Hemos experimentado un crecimiento económico sin precedentes y cientos de millones de personas han salido de la pobreza. Nos beneficiamos con una revolución digital que cambia vidas y que podría ayudarnos a resolver nuestros desafíos sociales y ambientales más apremiantes. Pero, a pesar de estos logros, nuestro modelo de desarrollo tiene graves defectos.