Algo en lo que estamos de acuerdo es que la Responsabilidad Social Empresarial es, por esencia, una cuestión global, en su desarrollo temporal, en su materialidad, en la actitud de los agentes económicos… Sin embargo, también podemos constatar que existen diferencias sustanciales en función de la nacionalidad de las empresas.
La nacionalidad de la empresa es importante en las prácticas de RSE y en su rendimiento, de tal manera que el contexto nacional tiene impacto sobre las prácticas de RSE. Sobre este tema existen estudios al respecto como el realizado por MIdttun, Gautesen y Gjolberg en el año 2006. De este estudio y otro posterior, realizado por Gjolberg, se entresacaron algunas cuestiones interesantes para el caso español.
Estamos a la cola de iniciativas de RSE más exigentes, cuyos requisitos de entrada son difíciles como los denominados DJSI, FTSE4Good y los 100 mejores informes de sostenibilidad SustanAbility. Sin embargo, tenemos altas puntaciones en iniciativas de RSE cuya entrada no es tan exigente, como el Global Compact o el GRI, que no olvidemos que son las únicas que tienen traducción al castellano, la posible explicación a este hecho es que los españoles no somos muy poliglotas.
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