Todos queremos una vida sana y próspera. Para el 2050, vamos a compartir esta aspiración con más de nueve mil millones de personas.
Esto nos deja con un doble desafío: cómo mejorar la seguridad alimentaria mediante el aumento de rendimiento de los cultivos, mientras se conserva los suelos, el agua y la biodiversidad, los elementos fundamentales de una tierra sana, sobre la cual depende la agricultura.
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