El papa Francisco instó a los líderes políticos de todo el mundo a considerar la alimentación, la nutrición y el medio ambiente como asuntos públicos globales, en un momento en que las naciones están más estrechamente vinculadas entre sí que nunca.
«Cuando falta la solidaridad en un país, se resiente todo el mundo», advirtió el Pontífice.
En su intervención ante los delegados de 172 países presentes en la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2), les pidió llevar a la práctica de forma concreta sus nobles promesas para garantizar la seguridad alimentaria de todos los ciudadanos, subrayando que el derecho a una alimentación saludable es una cuestión de dignidad, no de limosna.
A pesar de que hay alimentos suficientes para todos, las cuestiones alimentarias son objeto de información manipulada, corrupción, de que se esgriman argumentos de seguridad nacional o el “reclamo lastimero a la crisis económica”, dijo el Santo Padre. «Ese es el primer reto que tenemos que superar», señaló, instando a que los derechos de la persona humana se incluyan en todos los programas de ayuda y desarrollo.
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