«En 10 años, dos de cada tres personas en el mundo podrían estar viviendo en condiciones de estrés hídrico», alerta el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. La degradación de las tierras y la desertificación menoscaban los derechos humanos, empezando por el derecho a la alimentación.
Cerca de 1.000 millones de personas carecen de una nutrición adecuada, y las personas que viven de las tierras degradadas se encuentran entre las más afectadas. La situación de estas podría empeorar si la degradación de las tierras, según se prevé, llegara a reducir la producción mundial de alimentos en un 12% para 2035. La seguridad alimentaria también se ve afectada por la disminución de los recursos hídricos.
Debido a la degradación de la tierra, se almacenan menos agua y nieve en los suelos. En 10 años, dos de cada tres personas en el mundo podrían estar viviendo en condiciones de estrés hídrico.
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